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martes, 17 de diciembre de 2013

El desayuno después de la tormenta

Hace un tiempo estuve aprendiendo unas cuantas cosas sobre comunicación, hermandad, cristianismo, unidad, etc. que realmente despertaron algo que venía medio dormido. Lo que mas me quedó marcado fue lo dicho en una exposición que no duró mas de 30 minutos pero fue lo suficientemente contundente como para impactar mi duro cráneo y meterse no solo en mi mente sino en mi corazón. Estas palabras fueron trabajando en mí desde que las oí y lo siguen haciendo al día de hoy.

Voy a resumir y parafrasear algunas cosas para ir al punto (además mi inglés no es tan fluído como para andar traduciendo en mi mente tan rápido asique agarré los conceptos básicos y me los guardé).

Jesús había dicho que Pedro lo iba a negar. Aquel le insistió de que lo iba a seguir hasta la muerte. Todos sabemos lo que pasó con Pedro aquella noche entre Getsemaní y la Cruz. Es más, sabemos también que a pesar de haber llorado, el no se acercó a Jesús en su crucifixión, ni habló por miedo de que lo siguieran descubriendo. Aún cuando El resucitó, cuando se les apareció, Pedro junto a otros dudaban.

Sabés lo que debe ser que estés en tu peor momento, que le pidas apoyo a tus amigos y ellos prefieran dormir? Sabés lo que debe haberle dolido a Jesús que Pedro le retrucara a su profecía con tanta pasión para despues verla tristemente cumplida? Ver que todos se alejan mientras estás por dar tu vida en algo tan grande como desagradecido como lo es la humanidad? Y tus amigos desaparecidos! No puedo imaginar el dolor del peso del pecado, de la lejanía del Padre en ese extremo, o de los clavos, de los azotes, ni de la Cruz, pero si me imagino que esta situación se completó con el abandono de sus discípulos. Hacía un rato les había llamado amigos, había orado por su unidad, protegiéndolos del maligno, poniéndolos en las manos del Padre... Y ahí está la devolución de los muchachos. Tremenda barra de amigotes. Se rajaron como balde de plástico.

Juan 21 nos cuenta que Pedro, pasados los días y junto con otros dijo "me voy a pescar", y atrás de el fueron los demás. No agarraban ni una babucha en las aguas (claro paralelismo con pescar botas o ruedas de auto en los lagos) cuando de repente ven a alguien preguntando si no habían pescado algo. Al ver la negativa, el forastero les indica a donde tienen que echar la red. Empieza el murmullo. Alguien dice que es Jesús y Pedro salta del barco a encontrarse con El.

Acá está el tesoro... Jesús les estaba preparando el desayuno. No es la gran revelación, verdad? Si lo es. El le estaba preparando la comida a quienes lo abandonaron. Estaba dedicando de su tiempo en quienes lo dejaron avergonzados de haber sido sus discípulos en la hora mas cruel. El Hijo de Dios, resucitado, estaba sirviéndole a gente que le había dado la espalda. Cristo estaba dándole de comer a quien lo había traicionado.

Te imaginás abandonar y avergonzarte de un amigo en un momento clave para el? Y que a los días esa misma persona esté preparándote algo de comer como si nada hubiese ocurrido? Cómo te sentirías? Qué pensarías?

Ese es el amor de Dios, reflejado al 100% en esta situación... Jesús después restaura al pobre Pedro que seguramente al ver la escena tuvo que tragar saliva y agachar la cabeza, pero en el amor de Dios el pudo reconciliarse con Cristo y con su llamado.

Estaremos en esa capacidad de amar? Es esto una utopía o se puede llegar a vivir? Realmente puede un ser humano manejarse en su vida de esta manera? Yo creo que si se puede, pero no en nuestra fuerza, sino en Cristo que da la fortaleza para lograrlo.

Gracias por tu tiempo.

martes, 1 de octubre de 2013

Un pensamiento sobre la "cultura de la honra"

La historia es que nos habían citado a todos los músicos a una comida, algo entre los que estamos en el grupo de la iglesia donde estoy al día de hoy. Parecía algo informal, algo con aire de sociabilizar nomás pero no sabía que lo que estaba por vivir iba a marcar de cierta forma mi pensamiento.

Resulta que llegamos temprano. La noche estaba linda, el salón muy prolijo, bastante gente sentada y se sentía ya el olor de la comida... Y ahí, en una de las mesas estaban el pastor y su hijo con otras personas "relojeando" si faltaba alguien como para empezar. Nos ubicamos en una mesa por el medio del salón cuando el pastor arranca con una introducción de la cual no recuerdo mucha cosa pero se pudo oír frases como "músicos de excelencia", "personas que honran y sirven a Dios con su talento" y otras tantas de ese tipo, pero lo que me llamó la atención fue que la cena era para honrar nuestro servicio porque era importante para la iglesia, por lo cual cada uno de nosotros "merecía un reconocimiento".

De repente, algo en mi pecho se apretó. No había recibido o visto a alguien en otra iglesia recibir algún tipo de atención de este tipo, o sea, por el motivo que se daba acá. Ojo, he estado en ciertas situaciones como parte de la banda o en algún servicio en particular donde a uno le agradecen de forma especial, pero no había visto nada así en una iglesia. Y no estoy hablando de que es solo porque la música es importante, no es eso... Estoy hablando de la palabra "honra" a un servicio que uno hace y da con todas las ganas y que casi nunca es tomado tan en serio. Como expuse recién, no sé bien como lo expresó el pastor, pero no fueron sus palabras lo que me conmovieron sino el acto y su porqué. Tampoco recuerdo el resto de la charla.

Pienso en esto cada tanto y cuando llego a ese momento veo cuán buena es la "cultura de la honra" y cuanta falta hace que mas iglesias la practiquen. No creo que la falta de la misma sea culpa de un pastor, de una denominación o de un país, me tira mas la opción de que es una incomprensión de la Palabra. Jesús honró a sus discípulos cuando los eligió, cuando les reveló las parábolas, cuando quiso pasar sus últimos momentos antes de la cruz con ellos (aún con Judas), cuando les dijo amigos, cuando les lavó los pies... Muchos ejemplos hay escritos y creo que están ahí para seguirlos, doy fe de que re-leer la Biblia con esa óptica hace que veamos nuestra vida de otro modo. Digo también que se reflejan los atributos de Dios a través de ésta práctica y eso es así, tal cual.

Nosotros tratamos de vivir esto, alguna vez dando de nuestro tiempo a gente para que Dios les salga al encuentro, a veces con algún detalle que les muestre la valía que tienen y la honra que queremos darle a su entrega en el área que estén, o simplemente siendo agradecidos y bendiciendo a quien nos bendice.

Que se nos pegara a todos un poco mas de la "cultura de la honra" no nos haría mal.

Pensemos.

Gracias por tu tiempo!

Rodrigo.

martes, 3 de septiembre de 2013

Hace como 365 días

Pensar que desde la última vez que escribí además de haber pasado un año (2012 fue bisiesto aunque no venga al caso por las fechas), pasaron un montón de cosas. Engordé, viajé, volví a visitar el país, estuve bastante enfermo, logré ciertas metas, el enfoque cambió, gente vino, gente se fue, la resignación se hizo una palabra de peso, la desilusión se volvió algo tangible a niveles profundos, algo había que cambiar.

Este año lo empezamos con un cambio radical. Alinear las cosas lleva un proceso mental que ya estaba en marcha hacía rato y como dice el dicho, "año nuevo, vida nueva". Ejercicio, control de horarios, salidas, aceptación del ambiente y sus posibilidades, acomodo, el proceso estaba empezando, costoso y por momentos lento pero imparable.

Sobre la salud, una mejoría notable, lo mismo físicamente, todo a punta del famoso "Insanity" y buenas comidas (le diría dieta pero no fue algo que encerrara el dolor implicado culturalmente con esa palabra). La adaptación, como decía, resignación y desilusión fueron las variantes, junto con adaptación y acomodo... Lo normal digamos. Empezar a servir fue algo diferente porque el contexto y la mentalidad es diferente.

Con todo esto digamos que mi percepción de las cosas ha cambiado bastante también... Porque yo cambié. Mucho. A pesar de seguir teniendo los rasgos de tipo jodón y sociable. Ahora veo y pienso diferente, me identifico mas con los temas que discutimos entre involucrados en misiones, mi deseo por volver a mi país no es tan recurrente y generalmente ya no se basa en mis antiguos contactos sociales o puntos de encuentro con gente (casa, familia, amigos, iglesia, etc.) por lo cual no es tan apremiante, cosa muy positiva para mi y que valoro cada vez mas porque creo que estoy muriendo a mi mismo para dar paso a que Dios haga. De repente me veo abierto a viajar a otros lugares, conocer otras culturas, ver como personas viven otros en contextos diferentes al suyo propio y cosas de ese estilo. Con decir que ahora hasta pruebo la comida "rara" antes de decir si me gusta o no! Sigo firme en que no me gusta mezclar dulce con salado pero en el resto aprendí que antes de negar algo hay que saber de que se trata, explorarlo y dar una opinión en conocimiento del mismo. Demasiados cambios para un uruguayo promedio con una mentalidad de ciudadano promedio.

Leonard Ravenhill supo decir que los hijos de Dios no debían de sorprenderse si en su caminar se iban sintiendo cada vez mas solos, lo dijo en el contexto de un cambio de vida hacia lo eterno y creo que de haberlo sabido antes igual no hubiese podido entenderlo hasta haberlo vivido. Creo en que Dios moldea el barro tomándose el tiempo para que quede a su gusto, y a pesar de que ése pedazo de barro se queje, el Alfarero sabrá que va a hacer y como, asi que no queda otra que confiar en El.

Asi aprendí también que si veo a alguien que esté siendo cambiado por Dios y en ese trajín "mete la gamba", no soy quién para emitir un juicio sin haber entendido su proceso. No quiero ser esa persona que por no saber ponerse en el lugar del otro se perdió de aprender algo valioso y que no se salvó de crear pre-conceptos errados sin conocer la historia de ese alguien.

Mucho para pensar, mucho para escribir. Gracias por tu tiempo!