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miércoles, 18 de octubre de 2017

El 4-3-3 para la defensa de la fe

Recuerdo cuando no tenía mucho de haber creído en Jesús como el Señor y Salvador de la humanidad. Algunos amigos no cuestionaban mi creencia pero si mis actitudes, eso de no querer hacer o decir mas algunas cosas que eran comunes en mí. Mi familia no entendía mi accionar en que ya había empezado a pedir perdón y perdonar a la gente a mi alrededor. Los que me rodeaban en la iglesia sin embargo no me decían nada, como si fuera una cosa normal, cuando lo que estaba sucediendo dentro mío era una transformación y cada fase era una lucha, en la cual sigo hoy en día.

En ese tiempo recuerdo no tener muchas razones lógicas para defender mi fe, simplemente tenía el testimonio de que Dios me estaba marcando y quebrándome para armarme de nuevo, y para mí eso era suficiente para probar que El es real. Me apoyaba en mis experiencias y en lo que yo entendía de todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor. Pero de alguna manera fui creciendo y conociendo la Palabra de tal modo que preguntas se contestaron y la información fue teniendo sentido cada vez mas profundo. Y cuando ese ejercicio se da, tenemos mas capacidad de responder por nuestra fe.

El problema está cuando a la defensa de la fe no le damos buen fundamento y no aportamos madurez, tranquilidad, espacio para que se cuestione. Cuando nos hablan mal de Dios, muchos tendemos a reaccionar agresivamente, sea de hecho o de palabra, descalificándonos de una a nosotros mismos para un debate que edifique o traiga un fruto, el que normalmente no debería ser "ganar la discusión" sino dejar pensando a las personas sobre la posibilidad (grande o pequeña) de que nuestra fe, nuestro cambio y nuestro Dios sean reales.

No pongamos las ganas de ganar por encima de dar el mensaje, nosotros defendemos la fe porque la conocemos, porque la vivimos y porque la comprobamos, siendo la sinceridad y mansedumbre nuestra prueba de eso. Nuestro accionar debería apuntar a que los que nos acusan se queden con información relevante y de peso sobre nuestro Dios y su Palabra, no sobre "mi testimonio" (aunque puede ser un complemento). Al final, la fe no viene por testimonios, sino por oír la Palabra de Dios.

Lo que no sabemos, no lo inventemos, seamos vulnerables porque al final decir la verdad honra mas a Dios que inventar algo que nos parece y luego descubrir que era un pelotazo. Seamos abiertos a cuestionamientos, y recibamos los mismos con la fe de que Dios tiene respuesta en la Biblia y que esa respuesta tiene fundamento suficiente porque el autor es suficiente.

Nuestra transparencia es usada por Dios muchas veces sin que lo sepamos para con el resto, y eso de una manera práctica se resume en lo siguiente: Entendamos de una vez que no está mal no saberlo todo y aprendamos a oír antes de hablar.

Estoy oyendo a un apologeta y me doy cuenta de lo que me falta aprender, pero me gozo de lo que ya sé y puede ser útil a los propósitos de Dios para con otros. Y lo que no sé me mueve a sacarle el polvo a mi Biblia y a libros que traen luz al asunto, lo entienda en este momento o lo agarre mas adelante.

Ojalá que cuando nos pregunten por qué creemos lo que creemos nos podamos sentar a razonar junto a estas personas honrando a Dios y confirmando la Palabra. Usando la alegoría del fútbol no pongamos "el bondi" (el bus) para defender la fe, vayamos jugando entre defensa y ataque y que el 10 de nuestro equipo sea Cristo revelado en la Palabra de Dios.

domingo, 15 de octubre de 2017

Conectados, para bien o para mal?

En esta época cibernética las cosas parecen facilitarse para todos a la hora de informarnos y comunicarnos. WhatsApp, Facebook, Twitter etc. Internet es un arma poderosa para nuestro uso, pero, como toda arma, tiene su "doble filo" o su contra.

Parece que cada vez más se confirma lo que pienso. Yo lo confirmo en mi vida y viendo las acciones de otros. Creo que estamos a un "click" o en nuestros días un "type" de caer en el abismo del egoísmo que no mide consecuencias. Estamos a un paso de caer en algo que en realidad, trae luz y hasta alimenta nuestros rincones mentales/emocionales mas oscuros, ese lugar donde todo lo que importa es "yo".

Lo que YO digo, lo que YO quiero, cuando YO quiero, como YO quiero para hacer algo que YO quiero hacer. Mi opinión vale lo mismo que la de un ingeniero, aunque yo sea un pelagatos y estemos hablando de ingeniería! Me importa un comino si al comentar quedé como un tonto, porque YO sé que tengo "la razón", y por eso te comento tu post, para sacarte la ignorancia, burlarme, o decir incoherencias, y en raras ocasiones, para darte la razón, ofrecerte algo desinteresadamente o agradecerte por lo compartido.

Me meto a internet a buscar mis intereses, sean píos o no, sabiendo que metiendome en el sitio equivocado puedo perder mas que tiempo. Pierdo la capacidad de distinguir entre el bien y el mal, lo correcto de lo incorrecto, lo que me beneficia de lo que me limita, lo que me hace crecer y lo que me hace retroceder. Internet es así, un bosque donde pase por donde pase voy a tener que cuidarme porque las "trampas para osos" están ahí, puestas para que caiga en ellas. Y lo peor de todo es que "internet es así" porque nosotros somos así, somos lo que le da sentido, forma y contenido a la web, y viéndolo de esa forma... Estamos en la B.

Veo la facilidad para poder usar este recurso para bien o para mal, y mi corazón va a reflejarse en esto cada vez que abra esa app o haga esa búsqueda en mi navegador. Todos sabemos pero nadie lo dice, que si Jesús estuviera al lado nuestro leyendo el historial de navegación y nuestro contenido en chats y correos... De pensar más allá ya nos da cosa no?

Es la madrugada, mi esposa está a mi lado y me invita a dormir. Yo quisiera recordar que hacía antes de tener internet... Quizás en sueños vengan las imágenes y tal vez por un momento me sentiría mas libre, mas tranquilo, mas yo mismo, mas...

Sigo pensando.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Lo escondido bajo la máscara

Un predicador chino-yanqui estaba compartiendo en un evento lleno de gente, y les estaba hablando a los espectadores sobre el tipo de relación con Dios de la que muchos "padecemos" hoy en día. Voy a relatar algo parecido a lo que el compartió.

Digamos que vos sos alguien muy activo dentro de la iglesia, sos líder, o sos músico, y estás haciendo cosas para Dios, estás sirviendo, comprometido con la causa, pero... No tenés una relación con Dios. Estás luchando (y perdiendo) con el pecado, sos una persona que no da buen ejemplo en ciertas áreas, que no reacciona bien a algunos temas que se tratan y te involucran... La vas llevando aunque sabés que te falta algo fundamental.

Resulta que llega tu día, te parás frente al Juez, y el veredicto es fulminante: vas para el infierno. Vos, caminando, sonreís y decís "al menos todos los que me conocen deben pensar que estoy en el cielo".

Verdad que no es así? Al menos no la última parte! Ahora, el punto es, qué nos motiva a pensar, qué de esto no nos va a pasar a nosotros? En el sentido en que no dejemos a Dios hacernos más como Jesús, ni lo busquemos, ni haya ese entendimiento sobre la salvación... Y pensar en cuánto cuesta sacrificar un poco la reputación en pro de ser un cristiano que represente y muestre la gracia a través de vivir realmente el evangelio y no tapándonos de actividades que nos eleven en status, y nos haga sobresalir en proactividad para llegar al final y darnos cuenta de que construimos sobre la arena de lo que nos parecía correcto o suficiente.

Todo esto da para pensar bastante!

miércoles, 30 de agosto de 2017

Mi país y sus paisanos

Mi país es tan lindo... "Uruguay nomá!", "Que no ni no", "Vamo' arriba" y otras expresiones que le dan color a la rutina del Oriental promedio. Tenemos un país tan bueno, con cosas tan únicas como buenas, con sus pro y sus contras pero un precioso lugar para vivir.

Las llanuras, la vegetación, las cuatro estaciones, los animales... la carne! Todo lo que tenemos es bueno porque Dios así lo quiso. Pero tenemos un problema en mi país. Algo que opaca todo lo que pudiéramos apreciar, y esto es nuestra mentalidad de Uruguayos.

Inconformes, quejosos, pesimistas, incapaces de valorar, detractores de ideas, poco satisfechos, limitadamente agradecidos... Y podría seguir la lista porque somos muy así, críticos. Nuestra miopía para ver lo bueno tiene que ver con la mentalidad tan "posguerra" y negativa que acarreamos. No disfrutamos de lo que tenemos porque pensamos en las imperfecciones y nos concentramos mucho en lo que falta. Nadie, por mas esfuerzo que haga, nos va a quedar bien, siempre hay algún cabo suelto por el cual logramos criticar, un posible problema por el cual no hagamos o no recomendemos a otros hacer las cosas o digamos "pudo haber salido mejor".

Es nuestra cruz. Parte del folklore del paisito. Un valor arraigado en la cultura. Una costumbre mala, pero nuestra. Y de alguna manera debería de cambiar. Los cristianos de mi país se olvidan que hay que contentarse con lo que tenemos, olvidan que debemos pensar en todo lo bueno, todo lo justo. Olvidan que Dios les dijo que se alegren (regocíjense) en la obra de Sus manos. Y eso nos hace desagradecidos, faltos de humildad, poco dados a la crítica constructiva, sin propuestas, en fin... Nos ponemos el palo en la rueda a nosotros mismos. Porque al final, no somos agradecidos ni fieles en lo poco que El nos dejó, y entonces, cómo seremos fieles si nos da más? Siempre "en la chiquita" (pocas pretensiones) y nunca conformes con lo que se tiene y eso no le trae gloria a Dios para nada, sino que parecemos del mundo, vendados los ojos para no ver lo que El hace por, en y a través de nosotros y de los hermanos, a los cuales les buscamos "la quinta pata" cuando ni nosotros soportaríamos que nos hagan lo que hacemos a ellos.

Ojalá un buen día los hijos de Dios puedan destacarse, no por dar palos ni por "cortarle las alas" a la gente sino por justamente lo contrario, marcar la diferencia en la actitud, tener palabras de aliento, apoyar iniciativas, acompañar a los necesitados y no quejarse sea cual sea la situación. Si no nos gozamos con lo que tenemos hoy, por qué esperar a tener mas mañana? Cambiaría en algo nuestro corazón eso? O seguiríamos desconformes porque siempre queremos un poco mas?

Sigo pensando...

sábado, 5 de agosto de 2017

Simón el brujo y la iglesia de hoy

Con unos amigos hace un tiempo estamos leyendo el libro de Hechos y viendo el principio del cristianismo, como surgió y se desarrolló. Estamos siguiendo a Lucas y su relato como si fuera la primera vez leyéndolo.

En todo el libro hay escenas que requieren ser leídas varias veces, con detenimiento y atención. La parte donde estábamos hace unos días era el capítulo 8, cuando Felipe va a Samaria por causa de la persecusión y nos encontramos con Simón el mago (brujo), quien luego tiene un episodio con el apóstol Pedro.

En esta parte algo que me llama mucho la atención, leyéndolo, es que Simón se había bautizado, estaba siguiendo y oyendo a Felipe predicar y viendo las señales que comprueban su mensaje. Luego, la charla con Pedro demuestra realmente por qué Simón estaba haciendo lo que hacía. Por qué seguía a Felipe. Qué era lo que realmente buscaba ganar en toda esta situación y cómo pensaba ganarlo. Ahí entra el dinero, y ahí entra la reacción contraria del apóstol, pero hay mas que eso.

Lo que quiero destacar de ese pasaje es la capacidad de Pedro de poder discernir el corazón de el mago en medio de lo que parecía ser una reacción de "nuevo convertido" (conseguir las cosas a como el solía hacerlo) y las palabras utilizadas para describir la condición interna real de Simón.

Pedro, a través del Espíritu Santo, desnudó el corazón de aquel que exteriormente daba sensación de estar cumpliendo con todo lo que se requería pero en el fondo de su ser anhelaba mas el poder en sí que al dueño del poder.

Y ahora reflexiono y me pregunto si no habrá entre nosotros gente con esas mismas intenciones, con el objetivo de tener dominio sobre otros y no de ser gobernado por Dios, o de figurar haciendo cosas buenas para satisfacer su necesidad de reconocimiento en vez de obrar para glorificar a Cristo. Gente que parece no haber tenido contacto real con el mensaje transformador por distraerse con las señales, que al fin son solo confirmaciones del mensaje.

Cuán escasos estamos de gente capaz y dispuesta a ser usada, como Pedro, para ayudar a otros a traer luz a sus vidas a través del discernimiento que Dios puede entregar, con el fin de ser una voz que restaure, que convenza, que bendiga, que exhorte para poder ver la obra del Espíritu Santo en la vida de sus hijos y alegrarnos en El.

Quiera Dios levantar personas que sean leales a El y capaces de hacer esta tarea en medio nuestro, porque sin dudas, el pueblo de Dios está necesitado de confrontación que lo saque de la modorra y el egocentrismo.

sábado, 22 de julio de 2017

El hombre, Dios, y lo que haya en el medio

Estamos en momentos donde parecería que tenemos el campo abierto para hacer, ser y tener lo que queramos. Creo que hay un sentir en el aire de que somos libres porque tenemos medios para expresarnos (redes sociales) y también la posibilidad de adquirir cosas e ir pagándolas en tractos (créditos), para usarlas en actividades que nos importan.

"Compramos cosas que no necesitamos con dinero que no tenemos para impresionar a gente a la que no le importamos" dice el dicho moderno. Y es cierto. Agregaría a esa frase que "buscamos llenar un vacío que parece agrandarse mientras mas nos esforzamos por taparlo".

Queremos ser cool teniendo la última tecnología, pero nos volvemos dependientes de la memoria de la misma porque a nosotros no nos da mas el coco. Queremos impresionar con nuestra ropa, aún sabiendo que mañana las polillas se van a comer ese trapo, y que nos estamos esforzando por entrar en tallas de estereotipos. Buscamos la última música comercial aunque todos sabemos que no hay alma en la instrumentación ni contenido en la lírica.

Solo queremos ser parte de la movida del momento. Buscamos identidad en todas las cosas a nuestro alrededor (bien digo cosas y no personas). Y perdemos nuevamente el punto. Para qué estamos persiguiendo algo tan superficial? Por qué buscamos ser uno más del montón? No habrá una manera mas eficaz y menos cambiante de tratar y encontrarnos llenos?

Eso es lo que hay en medio, entre Dios y nosotros. Vacío. Oscuridad. Pecado.

No sé si alguna vez caminaste en algún lugar lleno de basura, yo si, y a cada paso que daba sobre ella me sentía mas cerca del piso, porque mi peso compactaba la suciedad. Así veo yo que llenamos ese espacio vacío de en medio, con basura, y cuando queremos pasar al otro lado, a encontrar felicidad, caminamos sobre la basura acumulada y la aplastamos, de tal manera que la solución que encontramos es seguir metiendo basura hasta llegar a la altura, volver a caminar y repetir el proceso.

El puente entre nosotros y Dios, quien puede darnos felicidad y llenura, es Jesús. El dijo de sí mismo "nadie viene al Padre si no es por mi". Vas a ver que no vas a necesitar llenar tu vacío con basura porque el puente es verdaderamente firme, estable, disfrutable y tapa toda la suciedad que había antes de El.

Sigo pensando...

jueves, 6 de julio de 2017

Apologista de los '90, lee esto!

En estos días me encuentro estudiando en un seminario el famoso método inductivo. Debo decir que es tremenda herramienta si se sabe usar bien, y trae mucha luz sobre los textos bíblicos.

Pero en el correr de las clases me doy cuenta de lo difícil que es su práctica para los mas adultos (ojo, yo no soy un niño tampoco). Se ve el reflejo de una generación que hizo uso de la Palabra de la manera que mejor pudo, pero que, por causa de la falta de esta herramienta, equivocó muchas veces su accionar y su aprendizaje fuera del ABC es un poco endeble. Pasajes usados y predicados fuera de contexto y palabras de Reina-Valera que nadie entiende son los rastros que se ven en esa generación la cual, sin embargo logró mucho. Peeeero...

El mundo quiere respuestas concretas en un mundo cada vez mas relativo, donde el sentimiento hace balanza con la razón. Y justamente, tenemos que despertar y actuar como nos recomendó Pedro, dando razón de nuestra fe (y defendiéndola diría yo) con (RV) mansedumbre (o sea, tranquilos).

Hemos discutido con gente que pide mas de lo que podemos explicar y todo porque no nos preparamos para defender la Verdad como ésta se merece. Nos critican a los cristianos porque, cuando no sabemos refutar algo, discutimos, gritamos y peleamos. Y creemos que así vamos a plantar la semilla del Evangelio? Estamos equivocados, y la muestra está en que hay una franja etárea ausente en las bancas de las iglesias.

Esto es tan fácil (o difícil) como predicar a Cristo, ser honesto ante las dudas (si no sabés, decí que vas a averiguar) y tener Fe de que esa semilla plantada va a germinar si el Creador así lo dispone.

Gracias por tu tiempo!

lunes, 5 de junio de 2017

Calvi-niano

Hola... Hay alguien por ahí?... Voy a prender la luz a ver... Uh, está lleno de telarañas! Bueh... habrá que escribir algo entonces...

Casi dos años después del último posteo, vuelvo mas que nada para re-encontrarme con la faceta de comunicador, luego para notificarle al mundo lo que estoy pensando compartir, y porque tengo ganas de escribir. Sobre todo por las ganas de escribir!

En este tiempo he notado cómo la gente que nos rodea nos moldea (por decirlo así nomás), y de qué manera cambia la perspectiva según las personas que te acompañan. Lo que pienso hoy, sin dudas es diferente a lo de ayer, que era algo que al principio del caminar con Dios pintaba diferente (todo sin cambiar el fundamento, pero si el ángulo de visión). Hoy conozco un poco mas lo que es la gracia, creo en una promesa que llegué a entender bajo mucho dolor (estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo) y por la que hoy me sostengo, además de aceptar la soberanía y depender de quien entregó a su hijo por mi maldad, quien lo levantó de entre los muertos y lo tiene a su diestra en los lugares celestiales.

Antes, creía mas en la fuerza propia, en el dominio propio, en que si pecaba, perdía lo que mas deseaba mantener. Dicen por ahí que el cristiano puede esforzarse por mantenerse salvo o por cumplir lo que Dios nos pide, lo cual debería ser complementario aunque hay dos corrientes que básicamente debaten entre sí por esto. Creo que entendí mejor esta lucha cuando mas mal la pasé, cuando lo que me quedaba era creer en que por encima de todo estaba Dios permitiendo que lo que pasó sea para mi bien (ojalá algo que en algún momento sea tangible) y cuando ví que ya las situaciones sobrepasaban mi capacidad humana de hacer lo correcto.

Y todo eso me llevó a poner un pié en cada lado de la línea, medio de acuerdo con arminianos, medio de acuerdo con calvinistas. Al final, empecé a ver que en este debate, por andar tirando cada cual para su lado, perdíamos de vista lo fundamental, la predicación de la Palabra de Dios, el deseo de que otros escuchen las buenas nuevas de salvación. Por eso estoy en el medio, porque seas quien seas, mientras estés buscando (y logrando) hacer lo que está escrito ahí en ese libro, estamos pateando para el mismo lado. Ya conocía el lado del "tenemos que hacer" y estoy conociendo el lado de "Dios hará a pesar de nosotros".

Quiero descansar en la promesa que cubre mis flaquezas, pero quiero tener la capacidad de seguir esforzándome por dar lo mejor. Quisiera poder ser mas persistente a la vez que recuerdo que todo es para bien. Me gustaría asumir que estoy cuidando el mejor tesoro, mientras veo que el Padre me cuida como a su hijo.

Volví para tratar de contar lo que estoy pensando, ojalá sirva a quien lo lea!