Ponéle que te gusta un músico. Escuchas sus canciones, son pegadizas, te gustan las letras porque tienen un "no sé qué" por como se cantan y te mueven además de que te parece un buen ejemplo a seguir en su moda. Vas a los conciertos, apoyás las causas que él apoya, te juntás con gente que está en la misma y tiene gustos mas o menos similares. Las masas (y vos) lo siguen y a pesar de sus escándalos, su manera de vivir poco imitable y sus actos de “divo” todo se le perdona con tal de que siga haciendo lo que su público le demanda. Que cante sus temas y cumpla con las expectativas en shows o grabaciones es suficiente para tenerlo de referencia.
Ahora, tenés un pastor de una iglesia. El tipo es un predicador que sabe captar la atención de la gente, hace chistes, habla de cómo lidiar con cosas de la vida, de superación personal y de temas que ayudan a tu autoestima. Comenzás a frecuentar y a involucrarte dándote cuenta de que podés crecer en sociabilidad y te metés a servir en lo que te pongan. Culto tras culto sale por las pantallas el pastor y guía espiritual hablando siempre de lo mismo pero no importa. Es tu pastor, te gusta como habla, te hace “sentir cosas lindas” y ya repetís sus frases de siempre. No sabés como es en persona, como es su ambiente familiar ni a qué dedica su tiempo fuera de las reuniones, pero llegás a admirarlo tanto por todo lo que te enseña que lo defendés a muerte, sin importar lo que diga, aún si sus enseñanzas no condicen con la Biblia o tuerce la Palabra para decir algo que cree verdadero.
Si mirás bien, en ambas situaciones todo se limita a una sola cosa: Vos. Tus preferencias. Tus gustos. Tu conveniencia. Tu conformismo. Tu satisfacción. Tu justificación. Y este es el problema.
Como cristianos, cuando buscamos con tanto afán que se cubran nuestras necesidades y exaltamos a referentes o motivadores aún a costa de negociar principios e ideas que no están bien, es momento de mirar al interior y revisar si no estaremos “meando afuera de la pinica”. Cuando la Biblia habla de buscar primero el Reino de Dios “y todo lo demás será añadido” quiere decir que hagas a un lado tu necesidad arrepintiéndote por ser egoísta y no estar buscando a Dios intencionalmente, sabiendo que Cristo es más importante y que al buscarlo a El vas a tener de alguna forma la solución a lo que te afecta. Mientras esto se trate de vos, podrás conseguir alegría y logros temporales, pero nunca sabrás la realidad ni tendrás la perspectiva de vivir para la eternidad.
Gracias por tu
tiempo!
Reflexión corta: La
comparación “músico estrella-pastor estrella” quiere reflejar
la realidad de que a ambos los “levanta” el pueblo. Como dijo Paul
Washer, los falsos maestros y profetas son la señal temprana del
juicio de Dios sobre la gente que dice que ama a Cristo pero no quiere
buscarlo, conocerlo ni obedecerlo. El problema de fondo no es si
estos personajes públicos son herejes, ladrones o mentirosos, el
problema es que quienes los siguen quieren ser como ellos, sean lo
que sean. Y ese es el verdadero corazón de quienes siguen la
mentira, es de poder seguir en su maldad sabiendo que no serán
reprendidos porque si desde arriba no hay ejemplos vívidos de
rectitud, santidad, amor, disciplina, y sólo hay falsificaciones de
los frutos del Espíritu Santo difícilmente vayan a ser cambiados
porque Dios no está entre ellos.
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