Con esto de la tecnología parece que cada vez retenemos menos información. Alguno dirá que sufrimos la famosa "memoria de pescado" pero a estas alturas los peces deberían ofenderse con nosotros porque parece ser que estamos muy por debajo de su capacidad.
Recuerdo haber enviado un mensaje por Whatsapp, era una imagen con información dentro, una breve reseña (3 líneas) del tema de la imagen y un link. Para evitar preguntas tontas escribí abajo del todo un "sírvase leer toda la información dada".
Hay gente que aún teniendo toda la data en frente y para mi sorpresa, se da el lujo de "leer" y preguntar cosas que se asumen que leyó... Pero esos datos nunca pasaron más allá de la retina, no entraron al cerebro. Me imagino algo así, como que la información fuera un espermatozoide y el óvulo fuera el cerebro. Por alguna razón misteriosa tenemos una especie de "espermicida" o "barrera profiláctica" que incapacita la acción lógica dentro de la mente, por ende la información nunca llegó y no pudo "fecundar" para generar una "criatura" (idea).
Alguna vez oí a alguien hablando de un "espíritu de estupor" una suerte de cuestión volátil que no deja que la gente use su raciocinio. Hace años yo me burlaba un poco de esa cosa, pero hoy, si no existe eso al menos algo parecido está rondando por nuestras mentes.
Ya hay personas hablando de "despertar" (no de la revista de los testigos, sino de la acción) y a mi criterio no sólo debemos despertarnos de todo esto sino que en medio de la bruma generada por lo que supone el cambio tecnológico en nuestro ser debemos intentar caminar buscando la salida a la "abducción neuronal" que nos está causando la corriente de este siglo.
Obvio... Estoy escribiendo esto desde el celular, gran herramienta de distracción... Ya me pongo a ver videos de gatitos en Youtube... Por dónde iba? Ah, si... "Al que madruga Dios lo ayuda" y si, porque madrugar no es para cualquier mortal.
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