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domingo, 5 de junio de 2011

Caminata sobre el agua...

En la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago. Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron aterrados. "¡Es un fantasma!" gritaron de miedo. Pero Jesús les dijo en seguida: "¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo".
"Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre el agua" respondió Pedro, "Ven" dijo Jesús.
Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús.Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: "¡Señor, sálvame!". En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: "¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?" Cuando subieron a la barca, se calmó el viento. (Mat 14:25-32).

Historia conocida no? Cuantas veces oímos a alguien hablar, sino del punto de vista bíblico, del punto de vista de la física o hablar por hablar de esta parte de la Biblia? Tantas veces... Y en su mayoría siempre lo mismo, recalcando que Pedro era un apresurado, que tuvo miedo, que bla bla bla... Bue, yo tengo trancada mi atención en un pensamiento que me viene rondando hace días.

Digamos que Pedro al ir a Jesús, tenía que verlo atentamente a El. Pensemos que estaba logrando algo que a la humanidad le resulta impensable. Fijate que el no era mas que un pescador, nunca había visto a alguien hacer lo que hacía Jesús, y a que atina? A pedir lo mismo como nene chico que quiere probar lo que hace su referente.

Siendo esto algo sabido, ahora me voy a referir de hecho a lo que pensaba hace un tiempo.
Pensaba en el momento en que Pedro se bajaba del barco. Estaba pensando en que el pibe ahí no midió el tipo de acto que estaba cometiendo. El estaba obedeciendo y mirando a Jesús.
Que estaba pasando por su mente? No lo se bien, solo entiendo que mientras Pedro veía a su Maestro, no le importaba si se hundía, ni si flotaba en el agua, ni si venia el tsunami o si una paloma le excretaba en el hombro. Pedro estaba confiando en su Señor y hacia El estaba yendo.

Ya sabemos como termina esta vivencia. Pedro es rescatado por Jesús luego de éste haber caído en la cuenta de que su hazaña estaba siendo gestada en medio de una tormenta y temió. Pero lo que quiero poner ahora a criterio de quien lo lea, es que Pedro estaba confiando en quien lo llamó y se olvidó practicamente de el estado de situación climática, los vientos, la lluvia, las olas... Se olvidó porque se metió de lleno en la obediencia y en los ojos de Jesús. El "sabía que sabía" que mientras estuviera así lo demás era secundario.

A veces estamos tan metidos en las vueltas que no podemos "caminar sobre el agua". En vez de encontrarnos yendo hacia El, vemos que vienen los vientos, las olas alrededor son amenazantes y el bramido del mar espeluznante. Quisiera estar mas tiempo de mi vida como Pedro al arrancar a caminar, confiado de que si Dios dijo algo se encargará de hacerlo y no tan suceptible al ruido ajeno a eso.

Moraleja para mi: Al estar mirando a Jesús, las circunstancias son secundarias. Lo otro va a salir bien, o no tanto, no importa porque estamos mirando a Jesús y esa es la base de toda empresa que se lleva a cabo... Y el premio es llegar, aunque sea a medio hundirse, pero poder gritar un "Salvame" y que Su mano esté extendida para sacarnos.

Gracias por tu tiempo!

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