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miércoles, 4 de enero de 2023

Dios, ¿a mi favor o al suyo propio?

Hay una cosa que no entiendo, que todavía me cuesta procesar, y creo que mi dificultad viene muy fuertemente ligada al ambiente en el que me crié (otro día quizás escriba sobre el tema). Creo que, en mis horas más oscuras, todavía lucho con el concepto de Dios como un ser que hace las cosas a mi favor, que me ama en una forma en la que todo lo que sucede es para mi bien y que su misericordia para conmigo hace que yo viva hoy en el ambiente y con las (suficientes) herramientas para crecer.

O sea, a veces me cuesta entender que Dios, siendo bueno y queriendo que yo sea más como Jesús, me "permita" momentos de estancamiento emocional, espiritual o hasta relacional con él y con otros. Y se me cruzó este pasaje.

Job 1:20-22 RVC dice "Entonces Job se levantó y se rasgó las vestiduras, se rapó la cabeza en señal de luto, y con el rostro en tierra adoró al Señor, mientras decía: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré al sepulcro. El Señor me dio, y el Señor me quitó. ¡Bendito sea el nombre del Señor!» Y en todo esto Job no pecó ni le atribuyó al Señor ninguna mala intención."

¿Cómo hizo Job para adorar después de que le contaron que perdió su fortuna, su fuente de ingreso, y peor, a sus hijos? No tengo ganas de dar una respuesta pre-digerida ni de tirármela de poseedor de una revelación. Estoy haciendo esta pregunta sinceramente, porque hoy en día no estoy en capacidad de entender la verdadera profundidad de semejante actitud ante la pérdida. No puedo empatizar con Job porque simplemente mi corazón no se ve en ese estado al abordar los duelos y las pérdidas. Lo admiro y lo pondero, pero veo que en mí no habría esa reacción, sería algo contraintuitivo, seguramente por el estado actual de mi corazón. Mátenme si les incomoda mi sinceridad.

En lo profundo, tengo (y peleo contra) esa sensación de que Dios es caprichoso, hace lo que quiere y no le importa más que cumplir su plan, sea que eso me represente una situación "agradable" o no. Esto es contradictorio, porque si veo ciertos pasajes bíblicos puedo entender que Dios se alegra por mí, que quiere bendecirme, habitar en mí y acompañarme en el proceso de ser más como Jesús. Y me entra la culpa por cuestionar a Dios, por no poder lidiar con la adversidad, etc etc. (esta parte del mecanismo de la "máquina del error" ya la estoy identificando y tratando de trabajarla para no ser tan cruel conmigo mismo).

Estoy genuinamente convencido de que me falta muchísimo por aprender para darle más sentido a esta contradicción aparente en el accionar de Dios. Las frases hechas y los consejos a la bartola son cosas que prefiero sean obviadas. Prefiero el comentario sincero de una persona con actitud de aprendizaje y corazón abierto a la perorata de un "experimentado" que ya "pasó por esa etapa" y que me diga que "ya se me va a pasar" o me llene de argumentos fácticos y se retire pensando que me hizo un bien.

Las cosas que hay por trabajar en 2023, mamita... 😜

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