Un café con Dios.

Si pudiera tomarme un café con Dios... Le preguntaría tantas cosas... No las banalidades obvias de la guerra, la peste y el hambre... Creo que sería un poco mas egoísta, creo que si tuviera una sola oportunidad la aprovecharía al máximo, y meterme en esos temas en los que podría contarle a la humanidad lo que El me dijo y que el mundo siga su curso es como una pérdida de tiempo. Asi que le preguntaría sobre mi vida.

Preguntaría cosas como sobre lo que de niño supe entender era bueno y hoy no veo que lo sea tanto, la manera y situaciones en las que me crié, las actitudes que me formaron y en que dirección me llevaron hasta acá, si había un camino mejor para llegar donde estoy hoy, si de verdad es asi que hay cosas que duelen y es necesario que se queden en carne viva mas que una cicatríz... Dios sabrá el porque, yo no lo sé.

A dónde habría llegado si las acciones de mi adolescencia, mi carácter y mi inmadurez realmente hubieran sido mas moldeados de lo que fueron, donde estaría de no ser por ese error (socialmente visto asi por lo menos) que al hoy hace un poco a mis debilidades...

Que hubiera sido de haber tomado las mejores decisiones en los momentos clave. Que de haber dicho a la razón que se callara en ciertos momentos en los que hoy solo pienso en que fue una contra ser tan racional, y que hubiera sido de haber podido decir que no a los sentimientos en situaciones donde quizás en estos tiempos y de haber tomado esa decisión, mi vida no tendría ese gran signo de pregunta enmarcado en un "¿Que pasará?" que adorna el pasillo de mi casa interior.

Al futuro ni lo nombraría, Dios tiene muchas cosas para hacer en el presente y para contestarme del pasado, como para todavía tener que contarme del futuro, pero sabés, si pudiera, algo de info le sacaría... Una tiradita de lengua a ver que dice El de todo esto que es mi vida proyectada.

Son como muchas dudas, de hecho, pienso que el café se enfriaría mientras hago preguntas que derivarán en otras tantas asi como posiblidades de respuestas y continuaciones.

La cosa es fácil, al final, si quisiera poder llegar al café caliente y dejar a Dios tomar un sorbo del mismo aunque fuere, le preguntaría por que hizo lo que hizo.

Me lo imagino... El, tomando mientras se lo pregunto, traga con ganas de contestar, mira con rostro resplandeciente, baja la taza y noto su sonrisa. Yo se bien lo que me diría, pero creo que leerlo en un blog, o que te lo cuente cualquiera en la calle, no se compara a tenerlo frente a frente y oir su voz en un tono de Padre diciendo un "Porque te amo" con esa calidez que se siente que irradia estando uno en Su presencia. Dios conceda que lo podamos oír hoy también diciendo esas mismas palabras a nuestros corazones.

Gracias por tu tiempo!